miércoles, 2 de abril de 2014

Las mariposas monarcas cubren los arboles de Michoacán.



(Fotografía tomada por Gabriela Quinzaños) 
Una de las mayores atracciones del centro de México, es la migración anual de mariposas monarcas, uno de los espectáculos más impresionantes que ofrece la naturaleza. La llegada de  éstas coincide con el día de muertos, el cual se celebra el 31 de octubre. Existe una leyenda mexicana sobre las almas de los difuntos que regresan al mundo junto con  estas hermosas mariposas. 

Las Danaus Plexippus mejor conocidas como “mariposas monarcas”, son las mariposas más populares de América del norte. Famosas por la migración masiva que realizan cada invierno de los bosques de California y Estados Unidos hasta los bosques mexicanos. Estas mariposas son las únicas que realizan una travesía tan espectacular, recorriendo más de 4,000 kilómetros partiendo cada otoño para evitar que el frío acabe con ellas. Cada año millones de mariposas viajan entre octubre y marzo a México en busca de un lugar cálido y seguro para pasar el invierno.   

(Fotografía tomada por Gabriela Quinzaños)
Mientras están migrando, estas mariposas llegan a vivir hasta nueve meses siendo éstas las de más longevidad ya que la mayoría de las especies de mariposas viven en promedio 24 días. Su ciclo de vida es muy similar al del resto: Nacen larvas de sus huevos, éstas se comen el huevo y previamente se alimentan de plantas de algodón, siendo éste su único alimento, para engordar y convertirse en grandes y coloridas orugas. Cuando entran en la fase de crisálida forman una bolsa protectora en donde llevarán a cabo su metamorfosis para convertirse en mariposas adultas pintadas de naranja y negro.

(Fotografía tomada por Gabriela Quinzaños)
Las mariposas que nacen durante el verano y principios de otoño nacen listas para volar a diferencia de las mariposas que nacen en los días más cálidos. Las mariposas de otoño saben, por los cambios de clima, que se deben preparar para emprender un largo vuelo para buscar un lugar más seguro. Las mariposas que salen sólamente realizan un viaje de ida y vuelta, cuando comienza la migración del invierno siguiente ya habrán pasado tres generaciones de mariposas. Las mariposas monarca se reproducen durante los meses de febrero y marzo, justo antes de iniciar su migración de regreso al norte. Durante esta temporada del año, las noches en los altiplanos del centro-occidente de México aún son frescas, pero el calor del sol obliga a las mariposas a separarse de sus grupos y así inician sus rituales de apareamiento. Lo maravilloso de estas mariposas radica en que las nuevas generaciones que migran parecen conocer el camino de ida y vuelta a la perfección, siguiendo las mismas rutas de sus ancestros e inclusive parándose en los mismos árboles a descansar.
(Fotografía tomada por Gabriela Quinzaños)



(Fotografía tomada por Gabriela Quinzaños)
 Estos insectos recorren alrededor de 120 kilómetros diarios y realizan su viaje en 33 días aproximadamente. A finales de marzo cuando alcanzan su madurez emprenden su viaje de regreso al norte. Existen varias rutas de migración, las mariposas que llegan a México vienen de as Rocallosas y los Grandes Lagos, bajan por la Sierra Madre Oriental, entran al Altiplano por las montañas más bajas y llegan al estado de México y  a Michoacán. En México existen seis santuarios considerados patrimonio cultural de la humanidad. Se estima que cada uno de ellos alberga cada año entre 7 y 20 millones de mariposas.


(Fotografía tomada por Gabriela Quinzaños)
La reserva más grande se conoce como El Rosario, está localizada en Michoacán, Morelia. Esta área recibe a miles de visitantes durante otoño e invierno. EL punto de observación de la reserva se encuentra a 3 mil metros sobre el nivel de mar y se llega a éste únicamente por una empinada caminata que puedes elegir hacer a pie o a caballo. Las mariposas viven  más de mil 500 robles de la reserva que tienen una altitud aproximada de 30 metros.

Otro santuario importante es la Sierra Chincua localizado igualmente en el estado de Michoacán. Lo hermoso y particular del santuario es que grandes ráfagas de viento hacen que las mariposas se muevan de los árboles al mismo tiempo produciendo un sonido similar al de las lluvias. Este es probablemente el santuario más hermoso que tenemos en México, donde podemos ver enormes espectáculos proporcionados por estas maravillosas criaturas de la naturaleza.       

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