miércoles, 5 de abril de 2017

Manatí Antillano o del Caribe


Manatí Antillano o del Caribe 


     


                 

               El manatí Antillano o manatí del Caribe es una especie de sirenio que pertenece a               la familia Trchechidae. 
                Su nombre científico es Trichechus manatus
   Como otros manatíes, es una especie completamente adaptada a la vida acuática. Este animal es un mamífero marino que vive en aguas cálidas. Se encuentra en zonas costeras resguardadas como bahías y manglares, y a veces remontan en los ríos. 
     Éste animal debe vivir bajo el agua y sólo sube a la superficie a tomar aire, lo que puede hacer cada 20 minutos si se encuentra inactivo o cada 5 minutos si está activo.
  Los adultos consumen diariamente una cantidad de plantas acuáticas equivalente al 10% hasta 15% de su peso corporal. Se alimentan de 60 especies de plantas, incluyendo las de los pastos marinos, que son su principal alimento. Ocasionalmente también consumen peces y pequeños invertebrados.   Ya que los manatíes se alimentan de plantas abrasivas, sus molares se desgastan rápidamente y son constantemente reemplazados durante su vida.
Su cuerpo es grueso, la cabeza se une al cuerpo ya que éste no tiene cuello ni hombros. Los manatíes tienen las extremidades anteriores en forma de aletas, éstas mismas tienen 3 o 4 uñas, las aletas son usadas para ayudar al desplazamiento sobre el fondo, rasguñar, tocar e incluso para abrazar a otros manatíes, para mover el alimento hacia adentro y facilitar la limpieza de la boca.     La cola es plana. Su piel es muy gruesa el color de la piel puede variar de gris azulado a marrón. La distribución del pelaje en su cuerpo es escasa, ya que evita la acumulación de algas en la piel. 
   El manatí de adulto puede llegar a medir entre 3 y 4 metros, su peso está entre los 200 y 700 kilogramos. Su tamaño lo convierte en uno de los mayores mamíferos de América Latina. La hembras generalmente son más grandes que los machos. Los manatíes más grandes pueden pesar hasta 1500 kilogramos y miden hasta 4,6 metros. 
   Las hembras por lo general son solitarias, sin embargo forman  manadas de apareamiento mientras están en celo. La mayoría de las hembras crían con éxito entre las edades de siete y nueve años, aunque son capaces de reproducirse desde los cuatro años de edad. El período de gestación es de doce a catorce meses. Normalmente da luz a un solo ternero, aunque en ocasiones raras pueden nacer dos. Los terneros nacen con sus molares, lo que les permite consumir algas marinas ya en las primeras tres semanas del nacimiento.
  La unidad familiar consiste de la madre y su cría, que permanecen juntos durante 2 años. Los machos van en manadas alrededor de la hembra cuando está lista para concebir, pero sin contribuir a ningún cuidado parental de la cría.
  En general, las hembras producen una cría cada 2-5 años. Por lo tanto, los manatíes que sobreviven hasta la edad adulta tienen una reproducción promedio que no supera los cinco hasta siete crías entre las edades de 20 y 26 años. Pueden vivir hasta 60 años en un ambiente silvestre, aunque su esperanza de vida es más bajo. 
   Los manatíes  son amistosos y pacíficos, no son territoriales y no tienen un comportamiento complejo para evitar los depredadores, ya que se desarrollan en áreas sin depredadores naturales.
   El manatí del Caribe es sensible al frío, y las bajas temperaturas resultan una alta tasa de mortalidad por choque térmico. Durante la temporada fría, muchos manatíes mueren porque su tracto digestivo se cierra cuando la temperatura del agua desciende por debajo de 20 grados Celsius.
   Éste animal realiza un papel ecológico muy importante en el planeta ya que controla la proliferación de plantas al alimentarse de ellas.
   Las mayores amenazas para esta especie son,  la muerte por colisiones con embarcaciones con motores fuera de borda, enmallamiento en redes de pesca y la caza furtiva.
    Quedan menos de 5.000 Manatíes en todo el Caribe, América Central, costas del Sur, Este de  América del Norte y Costa Norte de América del Sur.
 La intensa cacería durante siglos ha llevado al manatí antillano al borde de la extinción. Es fácil de cazar, pues prefiere morir a abandonar a un compañero herido. Por esto y por sus huesos y piel, ha sido objeto de una atroz persecución, que ha acabado con la mayoría de ellos. En nuestros días, continúan siendo cazados a pesar de estar protegidos por la ley. Pero su situación es aún más crítica, debido a que en muchos casos viven en grupos aislados cuyos números se reducen cada año.
    Se estima la existencia de entre 1000 y 2000 individuos en estado silvestre en México, de los cuales entre 200 y 250 se encuentran en la bahía de Chetumal.    En México existen manatíes en toda la costa atlántica, aunque Yucatán y Campeche son los lugares que han contado con una menor cantidad de avistamientos. 
  Las amenazas para las poblaciones de manatíes en México son la contaminación química provocada por la vertida de sustancias tóxicas  a causa de industrias petroquímicas y agroquímicas, cambio climático, caza, captura incidental y varamiento por la desecación de lagunas. 
   La población más estudiada de manatíes en el país es la que se encuentra en el santuario del manatí en Chetumal, el cual mide 281000 hectáreas. Sin embargo también hay otras áreas protegidas de reservorio y santuarios que abarcan importantes áreas de distribución de estos animales, en Tamaulipas, Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo. 
   Hay una serie de esfuerzos gubernamentales para la conservación del manatí  a partir del Programa de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva del Sector Rural (SEMARNAP). Al ser una especie en riesgo según la oficina Mexicana 059, se preparó una serie de medidas para su conservación, y se integró el subcomité Técnico Consultivo para el manejo  y Conservación del Manatí.
  En 1921 se dieron las primeras medidas para aumentar la población de manatíes, estableciendo una veda permanente  a la caza de manatíes por medio de la Ley de Pesca, siendo aprobada por la Secretaría de Pesca.
   En 1993, México participa en el Plan de Recuperación del Manatí en el Caribe, adoptado por lo países de la región en cuyo territorio haya presencia de manatíes acumulando información acerca de la distribución y la problemática que enfrentan los manatíes en el Caribe, para generar una serie de lineamientos que permitirán a los países  recuperar  la población de este sirénido. Para México se sugirió declarar la bahía de Chetumal como sitio de refugio de manatíes, así como el control de los asentamientos humanos a lo largo del Golfo de México en las zonas de distribución del Manatí del Caribe, para aumentar el trabajo en conjunto con Belice para la recuperación pronta de la especie. 
   El área de distribución de la especie, se extiende desde las aguas costeras y en ríos alrededor del Golfo de México y Mar Caribe hacia el este de Brasil.

En México comprende las zonas costeras del Golfo de México y Mar Caribe, desde Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán hasta Quintana Roo hacia el sur.

Información del Manatí Antillano

Foro Ambietal,  (10/10/2010), Manatí Antillano o del Caribe, recuperado el 4 de abril del 2017, de Fundación foro ambientalista Sitio web: http://especiesenpeligro.foroambientalista.org/2010/10/10/manati-antillano-o-del-caribe/
Sin autor,  (Sin Fecha ), Manatí del Caribe, recuperado el 5 de abril del 2017, de Fandom powered wikia Sitio web: http://es.colombia.wikia.com/wiki/Manat%C3%AD_del_Caribe
Úrban Ramirez, (2002), Manatí del Caribe, recuperado el 5 de abril del 2017, de Naturalista Sitio web: http://www.naturalista.mx/taxa/46316-Trichechus-manatus
Sin autor, (Sin fecha ), Manatí- Antillano, recuperado el 5 de abril del 2017, de Manatee-world Sitio web: http://www.manatee-world.com/manati-antillano/



No hay comentarios:

Publicar un comentario