lunes, 16 de abril de 2012

Calamar Gigante

El calamar gigante o megaluria, creída una criatura mítica, es un calamar de la familia Architeuthidae, representados por unas ocho especies del género Architeuthis.
Son animales que viven en lo más profundo del oceano y crecen en dimensiones prodigiosas: recientes estimaciones dan un máximo de 15 m para machos y de 17-19 m para las hembras.
Los tentáculos, que llegan a medir de 2,5 a 6 veces la longitud del manto, forman la mayor parte de su longitud corporal.

A pesar de su enorme tamaño, el calamar gigante no es particularmente pesado, debido a que su prominente longitud se debe principalmente a sus ocho brazos y dos tentáculos. Los pesos de los especimenes capturados se han medido en centenares, incluso en miles, de kilogramos. Los juveniles postlarvales han sido descubiertos en aguas superficiales de Nueva Zelanda. Existen planes de captura para estos ejemplares jóvenes con la finalidad de ser estudiados. Otros de los lugares donde se encuentran más comunmente son Noruega, Terranova, Nueva Zelanda y Australia.

 Se alimentan de los peces de tamaño mediano del océano, también comen calamares más pequeños si no consiguen otras fuentes. Utilizan sus tentáculos para aferrarse a la presa exprimirla. Son capaces de utilizar sus dientes para triturar la comida y tragarla.
Tienden a cazar por su cuenta lo que significa que tienen acceso a los alimentos que deseen. Por lo general, se mezclan con el entorno y esperan a que vengan, entonces las sorprenden con un ataque feroz, rápido y potente.

El proceso completo de reproducción del calamar gigante sigue siendo todo un misterio en este momento. Los machos fertilizan los huevos de la hembra, y luego del nacimiento de las crías, estas deben cuidarse a sí mismas.
El único depredador natural que el calamar gigante tiene es el cachalote, que es la ballena más grande del grupo de los cetáceos con dientes.

 Algunos esfuerzos se han puesto en marcha en Japón para ayudar a protegerlos de los pescadores, sin embargo, estas acciones son por parte de activistas y no de los organismos que representan al país. Dado que el número de calamares gigantes no está en riesgo, parece ser este el motivo por el que no parecen estar preocupados con poner límites a su caza.

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